domingo, 9 de noviembre de 2014

Más allá del Dojo: el arte de la suavidad

Se habla poco respecto a esta disciplina en nuestro país. No es un tema mediático ni mucho menos uno del que se hable en centros educativos. Lo cierto es que ignoramos un deporte, el cual está considerado como el padre de todas las Artes Marciales. Y no sólo eso: es una de las más antiguas formas de lucha.
En el Perú, si bien es cierto, se practica. Las artes marciales son ejercidas por ciertos grupos de la sociedad, además de ser admirada y seguida , pocos conocen la verdadera cara de este mundo.

El Jiu-Jitsu, cuyo origen se remonta a más de dos mil años en la India; impulsado en un inicio como un método de defensa contra los ataques de los depredadores o por malos elementos en nuestra hábitat natural; los cuales se disputan los motivos por el cual deseamos vivir: comida, agua y territorio. Así llegó a completarse en Japón.
‘La madre de todas las artes marciales’ como es conocida por sus expositores a nivel mundial, es llamada así debido a la complejidad que requiere esta disciplina, en la cual se ven involucradas absolutamente todo tipo de sistemas de combate modernos basados en la defensa "sin armas" de uno o más agresores, tanto armados como desarmados.

‘La responsabilidad divina’ como se le llama al hecho de conocer los derivados del Jiu Jitsu, hace del ser humano una persona disciplinada y preparada para la vida. Pasándole el resaltador por encima a la palabra vida. Erróneamente se cree que la madre de todas las artes marciales sirve sólo para defenderse. En realidad, te abre muchas puertas. La concentración, el nivel de confianza y autoestima de la persona que practica esta disciplina aumenta considerablemente.

Entre las especialidades de este deporte destacan las proyecciones, los barridos, luxaciones a ciertas partes del cuerpo e inmovilizaciones. Las estrangulaciones se hacen cuando el rival de turno ataca con maldad; nunca se debe especializarse en esta área a menos que no sea así. Esto es una deshonra para las artes marciales.
Y finalmente, los golpes con mano abierta y cerrada.

Las técnicas básicas incluyen principalmente golpes con los codos, patadas, rodillazos, esquivas, empujones, proyecciones y derribos.
Estas se originaron en métodos de batalla de los Bushi (guerreros japoneses clásicos), para hacer frente a otros guerreros Samurai con armadura. De aquí parte el énfasis en atacar con luxaciones, lanzamientos y estrangulaciones, más que fomentar el uso de golpes y patadas; ya que estos tenían mucha más ventaja sobre los guerreros japoneses clásicos.

El proceso de adaptación de los que deseaban aprender esta arte marcial dependía de la mentalidad de los estudiantes. Esto se fue dando mediante distintos sistemas desarrollados por los maestros para emplear tanto en el campo de batalla como para la vida cotidiana. Los sistemas se pueden clasificar como Katchu Bujutsu o Yoroi Kumiuchi (combatir con o sin armas, vestido en armadura) de la era Sengoku, que va desde el año 1467 hasta 1603, época en la cual la guerra civil japonesa involucraba a los terratenientes a someter a entrenamientos a los criados.

Según los registros históricos, las casas de los terratenientes eran adaptadas como Dojos para enfrentar a los invasores. Así Japón encontró arte tiñendo de sangre la tierra y llenando de honor a los victoriosos.

El legado más importante que el Jiu Jitsu le deja al mundo es sin lugar a dudas, la representación en un conjunto de normas de comportamiento y respeto hacia el Dojo. Para los estudiantes, el espacio destinado a la práctica y enseñanza de la meditación y/o las artes marciales tradicionales es el lugar más importante en el mundo. Un lugar en el cual sólo puedes encontrar la paz si realmente crees en ella. Los pensamientos negativos deben quedarse afuera, con tus zapatos. Al entrar, estas en tierra sagrada y no debes manchar el honor del Dojo o serás expulsado.

También queda mencionar el hecho de que el Jiu Jitsu, a pesar de ser el padre de todas las artes marciales, su práctica es exclusiva y poco conocida. No es un deporte olímpico, esto quizá puede desmotivar a los jóvenes a ser parte del mundo que involucra a esta disciplina. La inexistencia de trofeos de campeonato, contratos a largo plazo, insignias, emblemas o cualquier otro elemento de distracción es lo que atrae hoy en día a los muchachos. Esto es algo que este sagrado deporte no puede ofrecer. Sin embargo, el hecho de buscar la unión del cuerpo con espíritu te garantiza una vida llena de motivación para hacerle frente a los obstáculos. Pero seamos sinceros, esto no es algo que todos los jóvenes buscan. Hoy en día, los maestros de esta disciplina, consideran que el arte se debería apreciar mucho más que en aquellas épocas en las cuales era prácticamente de vida o muerte aprender el Jiu Jitsu (debido a los conflictos bélicos y a la falta de comunicación y educación) por lo que en cierta manera, no se molestan en hacer mediático el deporte mencionado.

Y así es como se resume todo. El Padre de todas las artes marciales encuentra en sus hijos la pureza y valentía de los verdaderos humanos, aquellos que aprecian el arte, responsabilidad y disciplina, son dignos partícipes de ese mundo. En nuestro país, el karate es la disciplina más practicada, pero, otra vez, se usa mayormente como arma y pocas veces para defenderse. La diferencia entre los japoneses de antaño y los de ahora es que estos aún conservan la pasión por la práctica y la dedicación para sacar adelante lo que de verdad quieren.



Y es que como muchos dicen, la verdadera lucha se libra siempre en nuestro interior.



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