Se habla poco respecto a esta disciplina en nuestro país. No es un tema
mediático ni mucho menos uno del que se hable en centros educativos. Lo cierto
es que ignoramos un deporte, el cual está considerado como el padre de todas
las Artes Marciales. Y no sólo eso: es una de las más antiguas formas de lucha.
En el Perú, si bien es cierto, se practica. Las artes marciales son ejercidas
por ciertos grupos de la sociedad, además de ser admirada y seguida , pocos
conocen la verdadera cara de este mundo.
El Jiu-Jitsu, cuyo origen se remonta a más de
dos mil años en la India; impulsado en un inicio como un método de defensa
contra los ataques de los depredadores o por malos elementos en nuestra hábitat
natural; los cuales se disputan los motivos por el cual deseamos vivir: comida,
agua y territorio. Así llegó a completarse en Japón.
‘La
madre de todas las artes marciales’ como
es conocida por sus expositores a nivel mundial, es llamada así debido a la
complejidad que requiere esta disciplina, en la cual se ven involucradas
absolutamente todo tipo de sistemas de combate modernos basados en la defensa
"sin armas" de uno o más agresores, tanto armados como desarmados.
‘La responsabilidad divina’ como se le llama al hecho de conocer los derivados del Jiu Jitsu, hace del ser humano una persona disciplinada y preparada para la vida. Pasándole el resaltador por encima a la palabra vida. Erróneamente se cree que la madre de todas las artes marciales sirve sólo para defenderse. En realidad, te abre muchas puertas. La concentración, el nivel de confianza y autoestima de la persona que practica esta disciplina aumenta considerablemente.
‘La responsabilidad divina’ como se le llama al hecho de conocer los derivados del Jiu Jitsu, hace del ser humano una persona disciplinada y preparada para la vida. Pasándole el resaltador por encima a la palabra vida. Erróneamente se cree que la madre de todas las artes marciales sirve sólo para defenderse. En realidad, te abre muchas puertas. La concentración, el nivel de confianza y autoestima de la persona que practica esta disciplina aumenta considerablemente.
Entre las especialidades de este deporte destacan
las proyecciones, los barridos, luxaciones a ciertas partes del cuerpo e
inmovilizaciones. Las estrangulaciones se hacen cuando el rival de turno ataca
con maldad; nunca se debe especializarse en esta área a menos que no sea así.
Esto es una deshonra para las artes marciales.
Y finalmente, los golpes con mano abierta y cerrada.
Y finalmente, los golpes con mano abierta y cerrada.
Las técnicas básicas incluyen principalmente golpes con los codos, patadas,
rodillazos, esquivas, empujones, proyecciones y derribos.
Estas se originaron en métodos de batalla de los Bushi (guerreros japoneses clásicos), para hacer frente a otros guerreros Samurai con armadura. De aquí parte el énfasis en atacar con luxaciones, lanzamientos y estrangulaciones, más que fomentar el uso de golpes y patadas; ya que estos tenían mucha más ventaja sobre los guerreros japoneses clásicos.
Estas se originaron en métodos de batalla de los Bushi (guerreros japoneses clásicos), para hacer frente a otros guerreros Samurai con armadura. De aquí parte el énfasis en atacar con luxaciones, lanzamientos y estrangulaciones, más que fomentar el uso de golpes y patadas; ya que estos tenían mucha más ventaja sobre los guerreros japoneses clásicos.
El proceso de adaptación de los que deseaban
aprender esta arte marcial dependía de la mentalidad de los estudiantes. Esto
se fue dando mediante distintos sistemas desarrollados por los maestros para
emplear tanto en el campo de batalla
como para la vida cotidiana. Los sistemas se pueden clasificar como Katchu Bujutsu
o Yoroi Kumiuchi (combatir con o sin armas, vestido en armadura) de la era Sengoku, que va desde el año 1467
hasta 1603,
época en la cual la guerra civil japonesa involucraba a los terratenientes a
someter a entrenamientos a los criados.
Según los registros históricos, las casas de los terratenientes eran adaptadas
como Dojos para enfrentar a los
invasores. Así Japón encontró arte tiñendo de sangre la tierra y llenando de
honor a los victoriosos.
El legado más importante que el Jiu Jitsu le
deja al mundo es sin lugar a dudas, la representación en un conjunto de normas
de comportamiento y respeto hacia el Dojo.
Para los estudiantes, el espacio destinado a la práctica y enseñanza de la
meditación y/o las artes marciales tradicionales es el lugar más importante en
el mundo. Un lugar en el cual sólo puedes encontrar la paz si realmente crees
en ella. Los pensamientos negativos deben quedarse afuera, con tus zapatos. Al
entrar, estas en tierra sagrada y no debes manchar el honor del Dojo o
serás expulsado.
También queda mencionar el hecho de que el
Jiu Jitsu, a pesar de ser el padre de todas las artes marciales, su práctica es
exclusiva y poco conocida. No es un deporte olímpico, esto quizá puede
desmotivar a los jóvenes a ser parte del mundo que involucra a esta disciplina.
La inexistencia de trofeos de campeonato, contratos a largo plazo, insignias,
emblemas o cualquier otro elemento de distracción es lo que atrae hoy en día a
los muchachos. Esto es algo que este sagrado deporte no puede ofrecer. Sin
embargo, el hecho de buscar la unión del cuerpo con espíritu te garantiza una
vida llena de motivación para hacerle frente a los obstáculos. Pero seamos
sinceros, esto no es algo que todos los jóvenes buscan. Hoy en día, los
maestros de esta disciplina, consideran que el arte se debería apreciar mucho
más que en aquellas épocas en las cuales era prácticamente de vida o muerte
aprender el Jiu Jitsu (debido a los conflictos bélicos y a la falta de
comunicación y educación) por lo que en cierta manera, no se molestan en hacer
mediático el deporte mencionado.
Y así es como se resume todo. El Padre de
todas las artes marciales encuentra en sus hijos la pureza y valentía de los
verdaderos humanos, aquellos que aprecian el arte, responsabilidad y
disciplina, son dignos partícipes de ese mundo. En nuestro país, el karate es
la disciplina más practicada, pero, otra vez, se usa mayormente como arma y
pocas veces para defenderse. La diferencia entre los japoneses de antaño y los
de ahora es que estos aún conservan la pasión por la práctica y la dedicación
para sacar adelante lo que de verdad quieren.
Y es que como muchos dicen, la verdadera
lucha se libra siempre en nuestro interior.
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